viernes, 3 de enero de 2014

Teoría del sueño



 
"Moveré las montañas para traer a Caruso a la selva" (Klaus Kinski, Fitzcarraldo)

Mi última noche de insomnio tuvo lugar en la víspera de mi cumpleaños, la madrugada que unía el 23 con el 24 de diciembre. Me lo provocó el post de ‘LaGrande Bellezza’, el mejor regalo recibido en los últimos tiempos junto con el libro de Cocina Romana, recetas contadas a través de historias y curiosidades. Muchas de ellas en romanesco (dialecto romano), por supuesto.
Volviendo al principio. Me fui a la cama a las cuatro de la mañana, y recuerdo que la última vez que miré el reloj rozaban casi las siete. Creo que ese día me levanté a las nueve. El nudo en el estómago, por los nervios de la cita, tiró de mí. En esas dos o tres horas mirando al techo no paré de darle vueltas a una frase que reza en la carátula de la cinta: “... Y allí detrás Roma, en verano. Bellísima e indiferente. Como una diva muerta”. Ciudad capital que sostiene, ya desde los tiempos de La Dolce Vita, una humanidad vacía, frívola, sin valores marcados. Potente y deprimente. Caprichosa, pretenciosa y distraída por la diversión de la noche. Ahogada con gin-tonics modernos. Y en medio un individuo, Toni Servillo, que se empeña en revertirlo sin evitar dañarse en el intento.
No contaré el final, porque no existe. Es el principio, su prolongación, su repetición. Y va a ser verdad todo esto. Quizá una ciudad tan bella y sugestiva, en estos tiempos de la globalización, sólo te invita a vivir distraído, cautivado, extasiado. Te engaña y te atrapa, para que dejes de ser tú mismo y mutes en algo miserable, siervo de ella. Hablamos, probablemente, de una de las pocas urbes en el mundo con un palacio del siglo XVII (Doria-Pamphili) aún habitado por parientes de esta familia noble romana. Esta mansión alberga, además, un retrato de Giambattista Pamphili (Papa Inocencio X) pintado por Velázquez. Disfrutarlo y conocer su historia –su sobrino (nipote, en italiano) renunció al cargo de Secretario de Estado para poder casarse. De ahí nace el termino nepotismo- es un regalo a la vista. Artificial, porque estoy convencido que este lugar se guarda los originales para sí misma. Sólo así preserva el glamour y tiene garantizada su existencia eterna. Pensándolo bien, dormir tiene poco sentido con todo esto. Quizá por eso ya no lo sufro.