jueves, 4 de agosto de 2016

La comida


"De cerca, todos somos extraños", (Museo de la mente de Roma)

Tres mujeres cualquiera de mediana edad, italianas, se reúnen en la mesa un día cualquiera de cualquier mes en un año X. Todas parecen tener mucha hambre por lo que comienzan a esgrimir argumentos que les permita, con el goce, purificar su conciencia. Durante el camino al restaurante, solas en mitad de la calle, sus cuerpos parecen extraños, inertes. Luego, con el bullicio romano que se enaltece en los lugares cerrados, comienza el espectáculo:

Anna: "No salgo de casa sola desde hace más de tres años. Este mediodía no he comido nada porque estoy a dieta, pero por la tarde merendé un trozo de tarta de chocolate con un capuchino, que terminé escurriendo -con la lengua- hasta la última gota, que no es ningún pecado. Así que hoy me puedo dar un gustazo. Por dios, no quiero jamón ni queso que engorda muchísimo, y luego ni mi marido ni los jovencitos se fijan en mí. ¿Qué estoy diciendo? Me refiero sólo a mi marido. De primero tomaré cicoria revuelta con guindilla. Ajo no porque luego me huele mal el aliento; así que le digo que lo quiten. De segundo nada, y de postre bizcocho con uvas pasas y ciambellone de cacao y leche. Si me quedo con hambre, quizás, unas pastas al vino con algún licorcito que me pida. ¡Hoy la noche es joven! ¿Sabéis que me he lanzado a ver una película porno?

Beatrice: "Yo este mediodía almorcé una ensalada con zanahoria, rúcola, manzana y salmón. No comí pan ni tomé refresco alguno. Sólo una botella de agua con gas. Ahora mismo llamo al camarero para preguntarle sin la flor de calabaza que hacen aquí está rellena de anchoas y mozarella o nada. Si no estuviera, me la pido pero le digo que por favor no me la traiga demasiado aceitosa una vez frita. Es una pesadilla para mí. Para beber no quiero nada, ni siquiera agua porque te hincha. De ahí pasaré directamente al postre, con un tiramisú doble. ¿Sabéis que el otro día me comí una hamburguesa del McDonald, pero no se lo dije a nadie? ¡Qué vergüenza!

Asia: "Mi marido me ha dicho que pregunte al chef el tiempo que dejan aquí la masa de la pizza fermentando. Yo, si no es más de 90 horas, no la como. A él le hace daño a la tripa, y a mí también. ¿Sabéis que es malo, para la gente de nuestra edad, tomar un capuchino más tarde de las cinco de la tarde? Yo, en realidad, hoy no tengo hambre. Comí bien: dos cornetti para desayunar (nutella y chocolate blanco), un sandwich de pavo a media mañana. Al mediodía pasta al ragú, y después la merienda: tarta de canela. Tengo que aprovechar que no está mi marido ahora en casa. ¡Camarero! ¡No me traiga una margherita de primero, unos pinchitos de carne de oveja de segundo y una ricotta con miel de postre que me los como!