viernes, 8 de febrero de 2013
Buon appetito
Pienso que nunca es tarde para mirarnos el ombligo y ver de dónde venimos y a dónde vamos. Porque es necesario dudar de la existencialidad para comenzar de cero con más ganas y, sobre todo, más sabiduría. Romper esa coraza y despojarnos de los múltiples prejuicios que nos corrompen y limitan sin darnos cuenta.
Si así lo deseas te invito a comenzar por la comida italiana, esa cuya mente reduccionista sólo limita a pizza y pasta. Una simplificación que le resta toda su versatilidad, estilo y plasticidad. Porque su cocina es como un movimiento de ajedrez: esconde, elegante y finamente, una segunda jugada. Y sólo aquí puedes conocer estas sugerencias que te ofrezco:
- Vitello Tonnato: se trata de una receta turinesa compuesta por filetes de ternera aderezados con dos salsas distintas. Una, por debajo, compuesta del sofrito (apio, puerro, ajo, zanahoria y nabo) previamente realizado. Y otra, por encima, que resulta tras batir atún, huevo duro y anchoas. Todo decorado con laurel, perejil, romero y alcaparras. El maravilloso aceite de oliva del sur italiano, oriundo de los olivares sicilianos, hace el resto.
- Saltimbocca alla romana: también con filetes de ternera, pero con un corte fino y delicado. Extenderlos sobre el plato cuando aún están crudos y solaparles una loncha de jamón serrano, un poco de queso gorgonzola y un par de hojas de salvia. Enrollar todo el material de tal manera que, visualmente, parezca un rollito de primavera. Un palillo evitará que se deshagan. Luego sólo queda rehogarlos tranquilamente en la sartén con mantequilla y vino blanco.
- Fritto misto: aunque se puede hacer en casa -y su elaboración parece más sencilla-, recomiendo probarlos en cualquier restaurante por un módico precio. Requieren de un toque sutil digno de los mejores chefs de la ciudad. A mí me gusta especialmente el supplì y el fiore di zucca. El primero es una especie de croqueta gigante rellena de arroz, pomodoro, champiñones y mozzarella fundida. El segundo es un rebozado con flor de calabaza, anchoa y queso. En la sencillez está su dificultad.
- Polenta: es un plato para almorzar típico del Piamonte (norte de Italia). Un puré -compuesto por harina de trigo- que ya se consumía en los tiempos del Imperio Romano. Sirve como acompañante de varios alimentos, pero yo recomiendo mezclarlo con un asado de costilla de cerdo y salchichas, salteadas junto a zanahoria, apio y cebolla. Todo estará listo para comer cuando se espolvoreé con los dos quesos más famosos de esta parte del mundo, parmesano y pecorino.
- Gnocchi: una variedad muy conocida en la zona del Trentino, al noreste. Son una especie de pequeños grumos elaborados con patatas, sémola de trigo, castañas y maíz. Lo ideal es comprarlos frescos, cocerlos y enriquecerlos con un sofrito; elaborado paralelamente; a base de salchichas de cerdo y setas 'porcini' (las mejores). Todo bien hecho en la sartén con ajo, aceite y guindilla. Una cucharada de salsa de trufa supone la guinda perfecta a los gnocchis.
¡A disfrutar!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cómo me gustan los Gnocchi!! por cierto, estaría genial que hicieras un post sobre los lugares y restaurantes que más te gustan de Roma! auguri!!!
ResponderEliminarLo haré, lo haré. Me flipa il ristorante Santi.
ResponderEliminar