La recesión económica y los altos picos de la prima de riesgo imponen austeridad y generan terror en los mercados. También en el fútbol, donde sólo hay una terna de equipos capaces de contratar a su antojo sin reparar en el coste. Por encima de todos está el PSG, con un gasto total de 147 millones de euros, aunque seguido bien de cerca por el Manchester City (65) y Chelsea (100 ‘kilos’). Ellos fueron los grandes protagonistas del verano. El objetivo es ganar a cualquier precio. Tocar el cielo sin reparar en la identidad propia, lo único que dota de personalidad a una escuadra. Más, si cabe, que los propios títulos.
Lejos de esta opulencia se encuentra una Roma que,
aunque ha hecho un importante desembolso desde que se ‘americanizó’, jamás ha
dejado de ser ella misma. Un equipo superviviente con un historial discreto
pero que, sin embargo, es capaz de fabricar campeones y, lo más importante,
retenerlos por los siglos de los siglos.
Bruno Conti, uno de los héroes del Mundial 82 que
levantó Italia, acabó y terminó su carrera en el conjunto ‘giallorosso’. Se
fogueó dos años en el Genoa, pero fue en el Olímpico donde demostró sus
exquisiteces como mediocampista. Su testigo lo recogió Francesco Totti, que
rechazó siempre contratos multimillonarios de clubes pudientes (entre ellos el
Real Madrid) para permanecer en el conjunto de la loba, donde se ha convertido
en el tercer máximo goleador en la historia de la Serie A. Sólo por detrás de
Silvio Piola y Gunnar Nordahl.
‘Il Capitano’, a punto de cumplir 36 años y con las
rodillas llenas de clavos, aún mantiene esa pose hierática y ese sexto sentido
que hace años le convirtió en uno de los mejores de Europa. Fue decisivo en el
último ‘scudetto’ (2000/01) -el tercero en la historia del club-, pero sobre
todo es la bandera, el ejemplo de fidelidad y devoción hacia unos colores.
Lo mismo se puede decir – hasta el momento- de
Daniele De Rossi, tanteado por el conjunto blanco desde hace años y,
últimamente, objeto de deseo de un City que soñó con él en agosto. El club
inglés le ofrecía un considerable aumento de su ficha anual por temporada y una
importante suma de dinero a la entidad capitolina. No fue suficiente, porque el
corazón de este ‘gladiador’ no se compra. Lo sabe y lo reconoce su gente, sus
‘tifosi’, que en el primer partido de Serie A, contra el Catania, exhibieron
una pancarta en el Estadio Olímpico que se explica por sí misma: “In un Calcio
povero di uomini leali non comprerete i nostri ideali!” (En un fútbol pobre de
hombres leales no compraréis nuestros ideales). Fue un agradecimiento para
Conti, Totti o De Rossi.
La Roma, una vez más, camina con la cabeza alta.
Desprende unos valores que enganchan, que reconfortan a sus estrellas. Eso no
se compra con dinero… Afortunadamente.
Crees que el fútbol actual, moderno, puede vivir de los ideales? equipos como la Roma no se comen una rosca en cuestión de títulos...y otros como el Atleti que tb es un equipo de ideales y de sentimientos al menos algo más han conseguido, qué opinas?
ResponderEliminarYo últimamente me estoy volviendo un romántico del fútbol. No quiero títulos, quiero disfrutar.
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